Giada, como imaginé, está de regreso. El cornudo se fue a jugar al fútbol, pensó que vendría a verme. Trajo una cerveza refermentada, muy buena y con una botella digna de un champagne. Después de beberlo, nos dejamos llevar por la emoción y el alcohol. Este es el resultado, solo una foto, no me dio más, pero no te preocupes, el cornudo juega dos veces por semana.