Nos sentamos a tomar un helado. El mirón pasa y con una excusa nos saluda y se sienta con nosotros. Tal vez se distrajo o tal vez no se sorprendió de nuevo varias veces. Giaco tartamudea cada vez más. Él le habla pero no la mira a los ojos. Ella no finge nada y continúa la conversación lamiendo el helado.