¡Claro que sí! Eres una esposa realmente cariñosa... ¡Qué bien que lo pienses! —Cariño, sé que hace mucho calor en el trabajo... así que pensé en hacerte un regalo. Estoy en el motel en tacones y lencería, con mi machote saludando. ¡Qué bien! Me despido porque quiere que le chupe la polla y los huevos... Te llamaré cuando me haya llenado el coño y el culo con su leche. Adiós, mi cornudo.