Después de mucho charlar, finalmente conocí al ciccinocuck. Cuando los veo tengo la impresión de la pareja de al lado, tranquila, hermosa, sonriente. La velada fluye entre charlas y risas como entre viejos amigos. Pero hay tensión en el aire, delatada por un adorable tic de A., la pareja es ella. Parece dividida entre el miedo y las ganas de lanzarse a esta nueva experiencia pero un beso que quizás valió la pena un adiós poco a poco se convierte en algo más apasionado. La tensión disminuye, los miedos dan lugar a las ganas de jugar gracias también a M., el él de la pareja, presente, tierno, pero a la vez apasionado, dotado e incansable. Los detalles quedarán para nosotros, pero terminar la velada en tres desnudos en la cama sonriendo y con la alegría en los ojos no tiene precio! Después del miedo inicial, todo transcurrió de forma natural y apasionada y no será fácil olvidar el cuerpo de A, su boca, su sonrisa, ¡solo puedo esperar seguir siendo su compañero en esta aventura!
La Esposa Ofrecida
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