Ella dirigió el juego. Ella me miró provocativamente y dijo: "Ya basta, he chupado tanto que me duelen las mandíbulas..." Le respondí: "Eres una puta, ¿lo sabes verdad?". Ella me sonrió como diciendo: ¡Por supuesto que lo sé! Luego se puso encima de él y con un rápido movimiento de su mano hizo que su polla desapareciera en su coño y comenzó a romper pollas. ¡Pero esta es una historia que continuaré contándote a continuación! ¡¡¡tiempo!!!