Continuando, es él quien le propone tomar una copa juntos... dado el calor de agosto, una cerveza artesana nos sienta bien.Entre charla y charla el chico se vuelve más emprendedor, sonríe y la toca a menudo. Después de haber comido algo todos juntos, mi mujer decide (sorprendiéndome también) invitarle a nuestro apartamento, que hemos alquilado estos días, para ofrecerle un café y relajarse un rato en el jardín.