Después de algunas tomas, trato de involucrarla emocionalmente, animándola a sacar a relucir su verdadera naturaleza. De repente se le ilumina la cara y me dice: espera aquí. ¡Entra en otra habitación y regresa con la fusta! En ese momento miro a mi marido y le digo: ¿dije que te daríamos una paliza en el trasero?