Se suponía que solo iba a ser un rapidito con un toro nuevo mientras mi novio estaba ocupado. Terminé quedándome todo el fin de semana, sin salir ni una sola vez de la habitación del hotel. Le pedí a mi novio que nos trajera refrigerios al día. No solo limpió su trabajo manual, mi amante lo usó para su satisfacción mientras yo tomaba un sorbo de vino y miraba.